2011/06/16

Arte rupestre

Una de las expresiones artísticas más espectaculares de los grupos cazadores y recolectores del Paleolítico Superior (40.000-10.000 años) aparece en las paredes de las cuevas, se denomina arte rupestre.
La principal característica del arte rupestre es su inmovilidad, resulta imposible su intercambio o circulación, tiene que ser el artista o el espectador quién se desplace. Además, sus expresiones más significativas se sitúan en remotos espacios subterráneos, no en el lugar de habitación del grupo humano. Trabajar en emplazamientos tan lejanos requiere una gran organización y planificación.
Tradicionalmente, el arte rupestre ha sido un fenómeno concentrado en Europa occidental, aunque hoy en día es cada vez más habitual encontrar este tipo de representaciones fuera de la zona franco-cantábrica tradicional.
Se pueden ver reflejadas casi todas las técnicas artísticas en el arte rupestre, pintura, grabado, bajorrelieve, altorrelieve, modelado... Las figuras se han ido encontrando en tres tipos de espacios: en yacimientos al aire libre, en abrigos y en santuarios profundos.
La mayoría de los yacimientos al aire libre se encuentran en la Península Ibérica y resulta muy complicado establecer su cronología. Las figuras aparecen sobre todo grabadas sobre rocas o losas de piedra.
Los abrigos o “santuarios exteriores” se encuentran en cuevas bien iluminadas, predominan en ellos los bajorrelieves y las figuras grabadas, aunque algunas originalmente también eran pintadas. Es un fenómeno de gran extensión geográfica.
Las cuevas o “santuarios profundos” guardan las mejores expresiones de arte rupestre, como en el caso de Ekain. Se extienden desde el sur de Andalucía hasta los montes Urales, aunque la mayor concentración se produce en el sur de Francia y el norte de la Península Ibérica. En ellas se pueden ver reflejados todos los recursos artísticos y a menudo se encuentran en espacios de muy difícil acceso.

Aunque la temática tratada en el arte rupestre es muy diversa, se pueden diferenciar las figuras humanas (muy escasas), las representaciones de animales (imágenes de unas pocas especies repetidas una y otra vez) y los signos (los más numerosos). Tal vez las figuras más significativas y espectaculares sean las referidas a los animales. Tenemos magníficos ejemplos de ello en Ekain, su característica distintiva es la ausencia de referencias paisajísticas.
No resulta nada sencillo interpretar los objetivos del arte rupestre. Cada escuela historiográfica ha creado una propia teoría al respecto y cada teoría ha ido desarrollándose con el tiempo.
La teoría del arte por el arte tuvo gran aceptación en el siglo XIX. Afirma que el arte rupestre es el resultado de la necesidad innata del ser humano de expresarse libremente.
Hay dos elementos principales contra esta teoría, por un lado, el que las obras de arte se encuentren en partes ocultas de las cuevas, puesto que es imposible que esos lugares fueran habitaciones en el Paleolítico; por otro lado, el que los temas se repitan una y otra vez, puesto que ello es reflejo del universo ideológico del grupo humano.
La teoría del totemismo viene de la etnología comparada, es el resultado de comparar las sociedades del Magdaleniense con las comunidades esquimales actuales. Una comunidad considera un animal como antepasado y lo venera como tal, ese tótem será el distintivo del grupo.
Su principal problema es que aparecen muy pocas especies animales en el arte rupestre, y todavía menos sobresalen, por lo tanto, todos los grupos venerarían unos pocos animales. Además, no puede ofrecer ninguna explicación sobre los signos tan numerosos que aparecen en este tipo de arte.
La teoría de la magia simpática para la caza y la fertilidad tiene su origen en la etnografía comparada, tuvo gran aceptación durante la primera parte del siglo XX y abarca diferentes aspectos.
En primer lugar, los animales que aparecen en el arte rupestre serían los protagonistas de la dieta del grupo que realiza las pinturas, los pintarían en el interior de la cueva como forma de ritual mágico o mítico para conseguir una caza exitosa. Algunos animales aparecen heridos con lanzas o flechas, tal vez con la esperanza de que así les sería más fácil cazar esos animales. Sólo los adultos realizarían estos rituales.
Por otro lado, muchas representaciones de herbívoros suelen mostrar vientres muy pronunciados, por eso se han interpretado como hembras en estado de gestación. De esa forma impulsarían la fertilidad de especies y se asegurarían la supervivencia del grupo.
Por último, las representaciones de animales peligrosos no son habituales en el arte rupestre, formarían parte de un ritual, una forma de pedir que esos animales no dañaran a los humanos.
Pero esta teoría tiene numerosas contradicciones, por un lado, en el arte rupestre del Paleolítico Superior no encontramos escenas de caza; por otro lado, animales claramente machos también presentan vientres pronunciados; además, los animales “heridos” son muy pocos comparados con la totalidad y no aparece ni un solo animal muerto; por último, al excavarse los yacimientos arqueológicos de las cuevas, se ha encontrado un gran desequilibrio entre lo consumido y lo representado por los humanos.
Según la teoría del estructuralismo y la dicotomía de los sexos, los animales y los signos del arte rupestre se organizan atendiendo a una estructura, las figuras aparecen en uniones binarias. El sistema se asienta en la dualidad caballo-bisonte/uro, uno representaría al macho, el otro a la hembra, tal vez la fertilidad estaría en la base, pero surgieron discusiones entre distintos autores a la hora de establecer qué animal o signo era el equivalente del macho y cuál el de la hembra.
La teoría de la neuropsicología y el chamanismo proviene del ámbito de la etnografía comparada. El sistema neurológico del homo sapiens-sapiens no ha cambiado desde su aparición, siempre ha tenido los mismos problemas en estados de consciencia alterados. Esos problemas no están asociados a factores culturales. Existen factores externos que provocan esas situaciones, tales como migrañas, drogas psicotrópicas, cansancio, privación sensorial o sonidos y movimientos continuos.
El arte rupestre sería obra de un chaman en estado de trance, se trata de una práctica documentada en distintas partes del mundo. El chaman actúa como intermediario entre el mundo real y el sobrenatural. Se convierte en director de la ceremonia cuando entra en trance, gracias a su relación con los espíritus de los animales, el chaman consigue control sobre el grupo. La música y los ritmos de baile repetitivos eran muy importantes para llegar a ese estado de trance. Tal vez la especial acústica de las cuevas tenga un papel importante en el inicio del arte rupestre.
A pesar de todas las hipótesis existentes, resulta muy complicado interpretar o conocer los objetivos de las obras de arte realizadas por aquellas personas de hace tantos miles de años, y siempre se puede encontrar una excepción que derriba cualquier teoría general.

No hay comentarios:

Publicar un comentario